¿Cómo ven mis chavos? Ahora resulta que en unas prepas de Sinaloa están prohibiendo que las chavas usen minifaldas y en una publicación religiosa (católica) sugieren que las mujeres no se pongan minis, ni ropa ajustada que haga resaltar sus atributos físicos.

El motivo de esas prohibiciones es que supuestamente al vestirse así las chavas “provocan” a los hombres, y éstos actúen en consecuencia violándolas o faltándoles el respteo.

Está en Beijing ( o sea en chino) que las chavas sean las culpables y que de víctimas se conviertan en incitadoras de un delito como es la violación.

El problema no es que usen es tipo de ropa “provocativa” , el problema real es que hay un problema social que origina la violencia contra las mujeres y su sometimiento sexual por parte de los varones.

Dicho en palabras más terrenales, algunos hombres (si se le puede llamar así a quien sólo y mediante la violencia puede tener sexo con una mujer) traen unos traumas del tamaño del mundo, y los reflejan al intentar someter por la fuerza a una mujer, y no sólo en cuestión de violarlas, si no también de humillarlas, golpearlas y lograr que ellas pierdan su autoestima.

El problema es serio, es cultural, de educación, es familiar, es de conciencia.

Valdría la pena ir a la situación de raiz: hay hombres que por siempre tienen en la mente el sometimiento de la mujer, se vista como se vista, se comporte como se comporte.

Aquí el detalle es que socialmente en ocasiones la balanza se inclina a favor de quien cometió el delito que de la mujer víctima, al juzgarla por su forma de vestir, de hablar o comportarse.

Como un dato, Acapulco tiene un alto índice de delitos sexuales, principalmente violaciones, y éstas son cometidas contra niñas o jovencitas por parte de personas cercanas a ellas. Y éso no tiene nada que ver con si usaron o no minifalda.

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