Sin duda uno de los temas que más se tocó en el debate de candidatos y candidata a la presidencia de la República el domingo 10 de junio pasado, fueron los jóvenes.

Interesante que los chavos nos hayamos colado en lo que llaman los políticos “la agenda de políticas públicas” y de ser sólo un tema referencial de discurso, ahora sí les importa dado el porcentaje de jóvenes que están en edad de votar en estos momentos en nuestro país y que además tomaron conciencia de la validez de su voto.

Y de los 76 millones 701 831 mexicanos inscritos en el padrón electoral en nuestro país, alrededor del 17.3% lo hará por primera vez, es decir son jóvenes recién incorporados al registro de votantes, lo cual significan alrededor de los 13 millones 270 mil nuevos votantes, cifra que se están disputando los y la candidata presidencial.

El hecho inédito de que un suceso de repudio a un candidato, como lo fue el que tuvo Enrique Peña Nieto del PRI en la Ibero, tuvo repercusiones políticas nacionales se debió al papel que están jugando en este proceso electoral el internet y principalmente las redes sociales como YouTube, Facebook y Twitter.

Antes, ya se habían dado ese tipo de inconformidades, el detalle es que los medios tradicionales no lo daban a conocer, lo minimizaban o incluso lo criticaban. Las redes sociales, los jóvenes y los movimientos sociales de la era moderna, van entrelazados.

Ahora Josefina Vázquez Mota, Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador y Gabriel Quadri se tienen que aplicar en propuestas concretas que lleven a los chavos a un desarrollo con estabilidad, crecimiento económico, oportunidad de empleo, acceso a la salud y la educación, entre otros temas.

El detalle es que las condiciones están dadas para que más allá de simpatías, los jóvenes debemos de exigir a TODOS los y la aspirante compromisos reales hacia la juventud, dejar de lado las simpatías personales e ir con una visión más allá de preferencias, mostrar que estamos construyendo ciudadanía.

Bien por las inercias que rompieron los chavos universitarios. Ahora evitar que se convierta sólo en un movimiento de repudio o apoyo a un candidato. Los jóvenes nos merecemos mucho más. No vaya siendo que dentro de unos años, alguno de ellos cuando destaque en la política y le pregunten el porqué no se consolidó ese movimiento diga: “era muy joven y no sabía lo que hacía”.

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