La Semana Santa y Pascua son celebraciones religiosas, básicamente cristianas. Sin embargo, dada la enorme influencia de la Iglesia principalmente católica, es que se integraron en el calendario oficial de las vacaciones, aún cuando siempre se ha dicho que la educación en México es laica.

Pero ese no es el punto, en este editorial, sino que ante unos festejos que invitan a la reflexión, al entendimiento como ser humano de la importancia de velar por el prójimo y el bien común, es que queremos pedirte que estos días los aprovechas para hacer un ejercicio de autocrítica, personal y familiar, en el que te des cuenta, dónde estás fallando como ciudadano en Acapulco.

Y es que mis chavos algo grave está pasando con los jóvenes en el puerto, varios hechos violentos de los últimos días nos muestran la necesidad de que hagamos un algo y comencemos a reflexionar seriamente sobre lo que pasa en nuestra ciudad.

En sólo día y medio por ejemplo, tres mujeres jóvenes fueron atacadas: una asesinada, otra golpeada severamente, y una más golpeada y violada salvajemente, y en los tres casos, han sido otros jóvenes los atacantes.

¿Qué nos ha llevado a los chavos a ya no sólo ver como algo natural la violencia, sino también a usarla para solucionar los problemas? ¿Qué grave está nuestra sociedad que todavía no comprende que los jóvenes están contaminados por la ola de violencia e inseguridad que se vive en Acapulco?

En varias ocasiones, en este editorial hemos señalado que la mayor parte de los chav@ s en el puerto tienen problemas en su conducta debido a que padecen el síndrome pos traumático que se adquiere entre quienes viven en zonas de guerra. Y Acapulco desde hace varios años en eso se ha especializado.

Y lo triste es que pedirle al gobierno que actúe con políticas públicas adecuadas es perder el tiempo. Se la pasan dizque ocupados en estrategias de seguridad que ni funcionan y si ocasionan enorme gasto que proviene del pago de impuestos.

No se trata ni de ser sensacionalistas, ni esconder la realidad de quienes aquí vivimos, se trata de tocar fondo y pensar que gran parte para que esto cambie, requiere de la participación de todos los ciudadanos. De hacer lo que parece simple pero que es el primer paso de la convivencia social que nos permita vivir en paz: el respeto.

De ahí que te invitamos a que estos días hagas tu mejor esfuerzo e intenta generar un cambio positivo en tu conducto. Verás que si lo hacemos todos, algo va a suceder en bien de Acapulco.

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