El pasado 12 de agosto se celebró el Día Internacional de la Juventud, fecha que incluyó en su calendario la ONU desde 1999 con el fin de establecer una agenda que atienda la problemática de la juventud basada en generar las condiciones para que tengan oportunidades de estudio, salud y empleo entre otros factores que les afectan.

México y por lo tanto Guerrero y Acapulco disponen de un bono generacional importante, es decir, un gran porcentaje de su población son jóvenes y requieren de una atención especial, la cual, por lo que se nota no se les da como debiera. Vivimos en un país con zonas de altos índices de pobreza, muchos de los jóvenes de la región tienen acceso limitado a los servicios públicos, suministro de agua potable, vías de comunicación, asistencia sanitaria y educación.

El que no exista una estrategia de atención juvenil, provoca que una parte de ellos opte por caminos fáciles para procurarse ingresos y manera de sobrevivencia, es decir se convierten en presa fácil para quienes los involucran en hechos delictivos.

La falta de un ambiente con estabilidad social, hace que una gran parte de ellos busque oportunidades en otras zonas del país o extranjero, provocando con ello fuga de talento. Ni se diga lo que provoca la inseguridad entre los jóvenes, quienes se ven constantemente amenazados.

Estamos a la espera de políticas públicas claras de reconocimiento y fortalecimiento de los jóvenes guerrerenses y acapulqueños. Queremos pensar que las autoridades están diseñando un esquema de mejorar las condiciones de los jóvenes y brindarles las oportunidades necesarias para planear su vida sin sobresaltos viviendo en Guerrero y Acapulco.


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