El árbol de Navidad tradicionalmente se arma cada 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción de María. Habitualmente es un árbol de forma cónica, conífera de hoja perenne. No interesa si el árbol es natural, sintético o artificial. Tampoco es importante su tamaño, sino el amor y la devoción que le ponemos al armarlo porque eso atraerá buena energía y expandirá bienestar, prosperidad y amor.

Es relevante el lugar adonde lo ubicamos (hogares, escuelas, trabajo, etc). Deberá estar en un espacio bien bonito, agradable, en lo posible verlo de frente al ingresar. Es poco lógico emplazar un arbolito navideño en un baño o en el lavadero, por ejemplo.

Los adornos del árbol de Navidad son símbolos que representan nuestro propio estado, nuestro interior, nuestro brillo, nuestro Ser.

Lo ideal es que el árbol de la Navidad esté decorado con los siete colores del arco iris, con dorado, plateado, y colores brillantes. Recordemos que todo el brillo es sinónimo de LUZ!

¿Qué significa cada adorno del arbolito de Navidad?

Todo fue cambiando con el paso de los años y aquellas manzanas y velas del comienzo, hoy se convirtieron en las tradicionales esferas y las guirnaldas con luces de colores. Esto es lo que no puede faltar en tu árbol.

-Las esferas. Representan los Dones que Dios les da a los hombres. Las de color azul simbolizan el arrepentimiento; las rojas, las peticiones; las doradas, albanzas; y las plateadas, agradecimiento.

-La estrella. Es habitual ponerla en la punta. Ésta representa la fe que guía nuestra vida. -Cintas y moños. Simbolizan la unión familiar y la presencia de nuestras personas queridas alrededor de todos estos dones. – Los moños rojos representan el amor y atraen la prosperidad. -Angelitos. Son los mensajeros entre nosotros y el cielo y son los encargados de protegernos, por eso no pueden faltar en tu árbol.

-Las luces. No importa el color o si se prenden y se apagan. Ellas tienen un sentido, y es el de iluminar nuestro cxamino en la fe. Son nuestros pensamientos y sentimientos, representan la Luz de nuestro interior, de nuestra mente, reflejan las ideas que tenemos. Si un árbol no tiene luces, es porque tal vez nos falta brillo y creatividad a nuestros pensamientos y energía a nuestras emociones.

Y lo más importante: más allá del tamaño del arbolito o de los adornos que tengas, es celebrar en familia, con amor, fe y esperanza.


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