El caso de la joven de 19 años que fue violada y asesinada por el conductor de Cabify que tenía la obligación de brindarle un servicio de traslado seguro, ha sido tema de los últimos días, principalmente en lo relacionado a la vulnerabilidad en la que viven las mujeres.

En los últimos años se ha disparado el número de víctimas mujeres, la mayoría entra en la categoría de feminicidio, y no obstante que se han incrementado los ataques contra ellas que culminan con su muerte, varios estados se han resistido a declarar la Alerta de Género que es emitida por la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres En 2016 los estados de Veracruz, Estado de México, Morelos, Michoacán, Chiapas y Nuevo León contaban con la Alerta de Género. El estado de Guerrero se ha negado a emitirla, ha apelado para que no se dé, no obstante que cada vez son más los hechos violentos en los que las mujeres terminan siendo asesinadas.

Y en el caso de Acapulco también las cifras han ido en aumento, por lo cual se ha recomendado una serie de acciones que permitan que las mujeres puedan desarrollar sus actividades sin el temor de ser atacadas.

El caso de Mara Fernanda debe realmente ser un parteaguas a nivel nacional, para que incida tanto en lo relacionado a la actuación de las autoridades para cerrarle el paso a la impunidad y que nadie sienta que no le pasará nada si atenta contra una  mujer, como queen el seno familiar se vayan erradicando acciones y actuaciones machistas que sólo fomentan conductas violentas hacia la mujer.

Hay mucho, pero mucho por hacer en ese sentido en México. La exigencia sin duda es #NiUnaMenos



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