A partir de esta edición, estaremos presentando algunos extractos del libro Entre el Tiempo y el Alma: Cambio de Pensamiento, que escribió Elisabeth Dam, joven acapulqueña que de manera creativa genera una entretenida obra literaria y que nos estará compartiendo en Acapulco Club.
SINOPSIS
Zeit tenía cinco años cuando descubrió que él y sus allegados eran reencarnaciones de dioses. Casi al mismo tiempo predijo que su nueva vecina haría una masacre que involucraría a millones cuando fuera mayor.
Abrumado por la información, y aprovechando su poder de controlar el tiempo, decide buscar una alternativa para evitar una catástrofe. Por ello, expulsa de su mundo a Delim, para que ella haga un viaje que pudiese cambiar el destino.
Sin embargo, la chica que expulsó no tenía intenciones malvadas, solo era una persona tímida que intentaba vivir pacíficamente y que ahora estaba metida en un lío que no esperó. Para tener que sobrevivir, tiene que cambiar su forma de pensar y de actuar. ¿Podrá hacerlo?
Entre el Tiempo y el Alma: Cambio de Pensamiento.
Escrito por Elizabet Dam
Prólogo. Renacidos
Parte 1
En la vida, existen momentos que cambian tu vida. Estos puedes ser felices o no, pero en el caso de Zeit Estrandor[1] fue una gran conmoción. Tenía solo cinco años cuando descubrió por sí mismo que él era la reencarnación de Chronos, Dios del tiempo y parte sus conocidos eran igual que él. Al principio pensó que era un sueño, pero, al paso de los días, comenzó a presentar indicios de poder. Asustado buscó ayuda, los adultos lo ignoraron y cuando asimiló todo decidió callar ¿Quién le creería? Los adultos lo tacharon de infantil, mientras aquellos con los que podía contar aún eran pequeños para comprender la situación. Sintiéndose decaído decidió no confiar en nadie, en algún momento lo haría, ahora solo quedaba guardar silencio hasta la madurez.
En solitario, con los recuerdos de Chronos fue capaz de practicar, saltar al pasado y conocer el futuro, era complicado muchas veces, esto lo llevaría a perder la noción de su presente, logrando perder su realidad. Así que para reponerlo utilizaba una gran cantidad de su energía, que venía acompañado por graves dolores de cabeza que lo dejaban postrado en cama sin hacer nada, mientras era cuidado por su hermano y su madre en cinta. Él odiaba preocuparlos, más se consolaba diciendo que sería por un tiempo hasta que lograra acostumbrarse. Saber sobre su poder era muy diferente a utilizarlo, y el abandonarlo no era opción, su deber era ser un remplazo.
Por su infantilismo que aún yacía en él, lloraba en las noches anhelante de un maestro, alguien que le podía guiar ante tal responsabilidad, al igual que lo pudiera comprender y aceptar. Pasando el primer mes, el guardián de las dimensiones, Dominique, apareció en su cuarto. Zeit que esperaba su visita, desde un día antes, se acomodó en su cama. Ambos no se conocían en ese momento, pero se reconocían, Dominique había sido su alumno, antes de ser el único dios existente después de la segunda Guerra Espiritual.
— ¿Esperaste mucho? — Preguntó
— Llegaste en su momento.
Platicaron como si fueran amigos que se rencontraran, hablando de sus vivencias y experiencias. En un momento, Zeit comentó que tenía el pasado difuso y pidió ayuda para crear una cronología de todos los eventos pasados, incluidas los dos grandes enfrentamientos donde murieron los dioses de cada cultura existente. Dominique sin omitir detalles, contó cada relato como si de una novela se tratase, diciendo que la primera Guerra Espiritual fue creada por el egocentrismo de las deidades, en cambio, la segunda fue creada por una rabieta de Eros, que terminó con todos aquellos que aún vivían. En cada palabra, Dominique soltaba su rabia, Eros era el causante de su soledad, detestarlo era una palabra muy débil a lo que realmente sentía, que Zeit podía jurar que si lo tuviera de frente lo torturaría sin pesar.
Al irse, Zeit repasó sus emociones, no las entendía, una fuerte rabia crecía dentro suyo, por recordar lo olvidado. Sin embargo, cambiarían prontamente.
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