Por: Nadia Vargas
Qué película más encantadora. Al terminar de verla me encontré queriendo que la cinta fuera más larga solo para poder disfrutar un poco más de su mundo. Los personajes son entrañables, las locaciones son cálidas y coloridas y la trama aunque más simple que un largometraje de Pixar promedio supo enfocarse en los lugares correctos. La íntima relación del director Enrico Casarosa con la historia brilla en la atención a los detalles del lugar y emociones de los personajes quienes vulnerables y auténticos capturan a la audiencia con su química y honestidad en su relación y aspiraciones personales.
Luca sobresale en su deseo por experimentar fuera de lo esperado por Pixar. Por mucho tiempo, el diseño de personajes humanos de Pixar se han sentido, incluso en el mejor de los casos (como Los Increíbles), como si estuviera regido por lo que pudiera lograr la tecnología 3D en lugar de la creatividad de una verdadera filosofía de diseño. Esta es la primera película de Pixar donde los diseños de personajes humanos realmente se sienten tan estilizados y encantadores como debieran ser.
También es la primera vez que algo “inspirado por Ghibli” realmente me ha recordado a la esencia de las películas del estudio japonés en lugar de limitarse a estilizar la comida o las lágrimas. Al ver la cinta la pequeña escala de la trama y la íntima atención a los personajes me recordó a las películas de Ghibli más cotidianas, especialmente “Susurros del Corazón “, “Kiki: Entregas a Domicilio”, “Recuerdos de Ayer” y “Mi Vecino Totoro”.
Si lo que buscas es una pequeña historia de amigos superando sus limitaciones, si lo que anhelas es un cálido verano comiendo helado cerca del mar o si lo que esperas es la belleza artística que caracteriza los largometrajes de Pixar, entonces te recomiendo ampliamente darle una oportunidad a Luca.